22 noviembre, 2016
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No todas las empresas corren la suerte de Facebook: dejar pasar una adquisición por mil millones de dólares y convertirse 10 años después en una compañía de 353 mil 500 millones de dólares.
Firmas como Blockbuster, Friendster, Qwiki, Yahoo! y Twitter ignoraron adquirir una empresa o ser compradas, lo que les significó abandonar la posibilidad de ganar más dinero o hasta la quiebra.
Blockbuster, que hoy ya no existe, pudo continuar operando y hasta ser la plataforma de películas y videos en streaming más relevante a nivel global de no haber dejado pasar la adquisición de Netflix en el 2000.
En ese año, Netflix que se enfocaba al servicio de renta de películas y series por internet bajo suscripción, que se enviaban por correo, tenía problemas para crecer su base de usuarios que llegaba apenas a 300 mil personas.
Reed Hastings, fundador y actual CEO de Netflix, viajó a Dallas para reunirse con directivos de Blockbuster y ofrecerles la compra del 50 por ciento de las acciones por 50 millones de dólares, pero John Antioco, entonces CEO de Blockbuster, rechazó la oferta.
Antioco ignoró el potencial de Netflix por las casi 8 mil tiendas que Blockbuster tenía en Estados Unidos y no fue capaz de vislumbrar que una era digital se aproximaba.
En 2005, Blockbuster intentó lanzar su propio servicio de suscripción, pero para ese año, la firma de Hastings ya contaba con 4.2 millones de usuarios.
La quiebra de Blockbuster se dio en 2010, mientras que hoy Netflix tiene un valor de mercado de 40 mil 776 millones de dólares, operaciones en 190 países alrededor del mundo y más de 81.5 millones de suscriptores.
“Las razones de por qué no se adquieren (empresas); primero es por una falta de estrategia clara hacia el futuro. Alguien no fue capaz de visualizar hacia dónde se movía el mercado y decir cuáles son las empresas que se tenían que adquirir”, señaló Saúl Villa, socio a cargo de fusiones y adquisiciones de KPMG México.
Otro de los casos fue la empresa que recientemente adquirió Verizon: Yahoo! Los recursos que pagó la telefónica más importante de Estados Unidos, 4 mil 830 millones de dólares, representan apenas el 10 por ciento de lo que alguna vez ofreció Steve Ballmer, exCEO de Microsoft, por Yahoo!
En 2008, Jerry Yang uno de los fundadores y entonces director general de Yahoo! rechazó una oferta de 44 mil 600 millones de dólares proveniente de Ballmer. Ante el auge que vivía en ese entonces Yahoo! y sin que Google y Facebook fueran todavía grandes competidores en la publicidad en línea, Yang decidió rechazar la propuesta. Ballmer llevó la oferta a 50 mil millones, pero una vez más, Yang se negó.
El poderío que tenía Yahoo! fue desvaneciéndose, mientras Google se convertía en el buscador favorito y Facebook en una red social con más de 500 millones de usuarios en 2009.
También está el caso de Twitter, que intentó ser adquirida por Facebook en 2008 por 500 millones de dólares. Hoy la red social de microblogging lidia por sumar usuarios y ganar anunciantes frente a la compañía de Zuckerberg.
Similar a la red social de los 140 caracteres se encuentra el casoFriendster, una red social similar a Facebook o MySpace, otra historia de fracaso que dejó la posibilidad de compra por parte de Google que en 2003 ofreció por ésta 30 millones de dólares. La red social que esperaba ser fiel competidor de Facebook ya no existe más.
También está Qwiki, que rechazó la oferta de adquisición de Google por 150 millones de dólares en 2010. Esta app que permitía captar video de corta duración después fue comprada por la fallida Yahoo! por apenas una tercera parte de lo que ofreció Google.
EXPLICACIÓN DEL FRACASO
Víctor Rico, emprendedor mexicano que hizo su carrera en Silicon Valley trabajando para empresas como Ooyala, consideró que las empresas pequeñas que desdeñaron oportunidades de ser compradas carecían de un responsable que se encargara de analizar las ofertas de compra que pudieron marcar la diferencia en su futuro.
“La oportunidad no fue evaluada por el equipo correcto. La decisión de aceptar una adquisición depende del equipo fundador y de los accionistas y de la capacidad que tengan para tomar decisiones. Desde el principio se debe de abordar cuándo y las razones porque se vendería la empresa”, agregó.
De acuerdo con Villa, de KPMG, el 66 por ciento de los planes de adquisición fallan en el mundo.
Villa destacó la importancia por realizar un proceso adecuado para la compra o venta de firmas.
“Se analiza información básica, como cuándo fue fundada, los ingresos y se complementa con información de composición accionaria; por ejemplo, quiénes son los dueños, qué expectativas tienen y es importante conocer si tienen a más de un socio y si estos son de la familia o constitucionales. Si hay interés, viene una valuación.
Finalmente viene el due diligence, que sugiere contratar un abogado externo que analice todos los aspectos legales, una firma para que haga un análisis”, explicó el experto.