12 octubre, 2015
Las condiciones impuestas por la Comisión Federal de Competencia...
CIUDAD DE MÉXICO (CNNExpansión) — La inminente alza de la tasa de interés referencial de la Reserva Federal de Estados Unidos implicará un aumento en el costo del servicio [intereses] de la deuda mexicana, que representaría un alza de 50,000 millones de pesos o el equivalente a 0.3% del Producto Interno Bruto (PIB), advirtieron especialistas.
Pese a que la cifra no es significativa en términos totales, Hacienda deberá contener la deuda para no impactar las finanzas públicas debido a los problemas que enfrenta por la caída de precios para la mezcla mexicana de petróleo. La expectativa del ajuste en el tipo de interés de la Fed es de 0.25 puntos porcentuales desde el actual 0.25%.
“Mayores tasas de interés en EU provoca mayores intereses en la economía mexicana, pero un porcentaje muy alto (82.3%) de la deuda está contratada a tasa fija y le da una fortaleza al stock de deuda, con lo que protege el costo de endeudamiento”, detalló en entrevista el titular de la Unidad de Crédito Público de la Secretaría de Hacienda, Alejandro Díaz de León.
Al cierre de 2014, el saldo de la deuda neta de México sumó 6.95 billones de pesos, un aumento de 29.81% frente a 2012. De ese monto, 4.81 bdp corresponden a deuda interna y 145,287 millones de dólares (mdd) es externa, y de la cual el 83% está emitida en dólares.
“En promedio anual, las tasas de interés de México y Estados Unidos van a ser prácticamente las mismas este año que en 2014”, dijo en entrevista el director de estudios económicos de Banamex, Sergio Kurczyn.
La tasa del bono a 10 años de México tuvo un promedio anual de 6% en 2014 mientras que para 2015 se espera que sea de 5.9%. En EU, el bono del Tesoro a 10 años tuvo un promedio de 2.55% en 2014 y para 2015 se prevé 2.30%.
Para el año en curso, México tendrá un endeudamiento equivalente a 4% del PIB, tomando en cuenta los Requerimientos Financieros del Sector Público, la medida más amplia del uso de recursos públicos, según el Plan Anual de Financiamiento 2015 de Hacienda.
“No se anticipan incrementos bruscos ni de magnitud significativa y dado que se prevé un ajuste moderado (en las tasas) ayuda a que las condiciones de financiamiento se ajusten de una manera adecuada”, dijo Díaz de León.
De acuerdo con el economista en jefe de Bank of America Merril Lynch (BofA-ML) para México, Carlos Capistrán, la Fed comenzaría con su alza de tasas en septiembre de este mismo año, y no se esperan aumentos a largo plazo.
“Hay que vigilarla [la deuda] y ser cuidadosos. Hubo una desaceleración económica y es justificado que intente ayudar a la economía. Lo que tiene que suceder hacia adelante es una consolidación de las finanzas públicas, es decir, que disminuya el déficit. Sí es algo que hay que estar vigilando, sería un problema que no bajara”.
Mantener controlada la deuda es un reto para las finanzas públicas, ya que el principal problema para Hacienda está en la baja en los precios internacionales del petróleo y la caída en la producción de Pemex.
En los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) para 2015, Hacienda estimó un precio promedio de 88 dólares por barril (dpb) para la mezcla mexicana de crudo de 2016 hasta 2020, cuando el mercado espera que se estabilice en 55 dólares este año y en 75 dpb para 2017.
“El gran problema es que si tenemos un panorama de precios del petróleo bajos y una plataforma de producción que no cumple con las expectativas le va a faltar al Gobierno en ingresos previstos y el problema no van a ser mayores costos de la deuda”, dijo Kurczyn.
En los CGPE contempla que la plataforma de producción de crudo presente una tendencia creciente, al pasar de 2.5 millones de barriles diarios (mbd) en 2016 a 3.1 mbd en 2020, derivada de la producción adicional resultante de la reforma energética, aunque los especialistas no saben cuándo se verá el primer barril de crudo resultado de la reforma y la producción de Pemex va a la baja.
Capistrán agregó que el panorama para 2016 tiene riesgos a la baja por la caída en el precio del petróleo y los posibles recortes en el gasto. “El reto es una consolidación que no implique aumentar el déficit, sino disminuir el gasto, deben pensar cuál es la mejor forma sin tener impacto en programas sociales y el crecimiento”.