10 julio, 2017
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BRUSELAS, BÉLGICA (30/AGO/2016).-Marieke Vervoort, atleta paralímpica belga, realizará sus últimas dos carreras de su vida en los Juegos Paralímpicos de Río 2016, pues decidió someterse a la eutanasia por una enfermedad degenerativa que le provoca dolores intensos.
La vida de cada participante en unos Juegos Paralímpicos tiene sin duda una historia de sufrimiento y superación personal que no es de conocimiento público, pero la de Marieke llama la atención porque está a punto de llegar a su fin por voluntad propia, destaca el sitio de noticias RT.
Con 37 años de edad y una larga vida de sufrimientos, la atleta belga ya firmó los documentos necesarios, y escogió incluso el sitio donde quiere que sus cenizas sean esparcidas, aunque le falta la fecha precisa.
Por ahora su meta es sumar otra medalla cuando compita en Río de Janeiro como velocista en silla de ruedas en las pruebas de 100 y 400 metros.
Ya tiene en su haber dos medallas olímpicas, la última de ellas conseguida en los Juegos de Londres, en 2012, de oro, con récord paralímpico incluido.
Los Juegos Paralímpicos de Río se celebrarán entre el 7 y el 18 de septiembre.
Marieke tiene la mitad inferior del cuerpo paralizado, una visión reducida al 20 por ciento y sufre dolores intensos que en muchas ocasiones le impiden dormir por la noche. A veces tiene que tomar morfina incluso durante los entrenamientos.
Cuando contaba con 20 años de edad una enfermedad degenerativa le obligó a permanecer para siempre en una silla de ruedas, y que sigue empeorando su condición de vida con el paso del tiempo. Por eso Marieke ha decidido que los Juegos Olímpicos de Río serán su último reto deportivo.
Bélgica es un país vanguardista en la eutanasia, pero para poder estampar su rúbrica en el documento que protege su derecho a morir, Marieke tuvo que convencer a un psiquiatra de que su decisión no respondía a un estado de ánimo puntual y probar a tres médicos diferentes que los dolores son tan intensos que no puede vivir con ellos y no hay ninguna esperanza de mejorar”, indicó a su vez el diario El País.
Desde 2002, la ley belga autoriza la eutanasia para los casos de “pacientes que se encuentran en una situación médica sin salida y de sufrimiento físico o psíquico constante e insoportable que no puede aliviarse y que es el resultado de una afección accidental o patológica grave e incurable”.
En 2014, la Cámara baja del Parlamento belga aprobó una iniciativa que extiende el derecho a la eutanasia a los menores de edad, convirtiéndose en uno de los países más vanguardistas en este procedimiento.
Se estima que entre 2002 y 2013, las cifras de eutanasia crecieron en un 500 por ciento en el país europeo.