24 septiembre, 2015
Aunque no produce o procesa carne de res, Bachoco...
NUEVA YORK (CNNMoney) — Al menos 12 bancos centrales del mundo han rebajado sus tasas de interés desde el inicio del año, síntoma de la fragilidad actual de la economía global.
La decisión de abaratar aún más el dinero se ha tomado en mercados emergentes tanto como en países desarrollados. Estos bancos centrales que representan aproximadamente el 60% de la economía mundial están recortando las tasas o instrumentando medidas para inyectar más dinero en el sistema.
Australia fue el último en recortar las tasas a mínimos récord esta semana, tras las reducciones de Canadá, Suiza, Rusia, India y otros desde el comienzo del año. China, la segunda economía más grande del mundo, redujo las tasas a finales de 2014, y se espera que vuelva a hacerlo este año.
Siete de 10 economías más grandes del mundo han implementado esta política de dinero fácil. Estados Unidos y Reino Unido no lo han hecho, y sólo Brasil está elevando las tasas de interés.
Los bancos centrales están reaccionando a las expectativas de un crecimiento más débil. La amenaza de la deflación, o una peligrosa baja inflación, también los está obligando a actuar.
El Banco Central Europeo (BCE) pondrá en marcha el próximo mes un programa masivo de compra de bonos por valor de al menos 1.3 billones de dólares para contrarrestar la caída de precios. El Banco Central de Japón anunció el mes pasado que también seguirá aumentando la oferta de dinero.
“Las tasas de inflación están disminuyendo a nivel mundial, lo que tiene aterrorizadas a estas entidades y por eso han procedido más allá de lo que incluso el analista más pesimista podría haber predicho”, explicaron los estrategas de Bank of America Merrill Lynch en un informe.
Las reducciones de las tasas de interés y otras medidas de política monetaria pretenden impulsar la actividad económica y la inflación fomentando los préstamos bancarios. También suelen tener el efecto de devaluar las monedas, algo que ayuda a aumentar las exportaciones.
Sin embargo, hay un problema: Si todo el mundo intenta atajar la deflación bajando el valor de sus monedas, nadie gana. Y esto podría perjudicar a Estados Unidos, que es la única economía de peso que se espera comience a subir las tasas de interés este año.
Después de un impresionante crecimiento del 5% en el tercer trimestre, la economía de Estados Unidos se ralentizó en los últimos meses de 2014. El crecimiento del cuarto trimestre de 2.6% fue menor de lo esperado.
Esa desaceleración podría atribuirse en parte al fortalecimiento del dólar, que se ha apreciado un 18% frente a una canasta de otras divisas importantes desde mediados de 2014.
Los inversionistas globales que buscan mayores rendimientos han contribuido al incremento del dólar, pero esta apreciación en última instancia perjudica a las exportaciones estadounidenses y a las empresas que operan en el extranjero.
De hecho, Microsoft, Google y Visa ya han advertido que la fortaleza del dólar podría afectar sus ventas en el extranjero.
El secretario del Tesoro estadounidense Jack Lew dijo esta semana que la economía de su país no puede sacar al resto del mundo del marasmo. “Aunque la recuperación de la economía de Estados Unidos ha ayudado a impulsar el crecimiento global, el resto del mundo no puede depender de Estados Unidos como el único motor del crecimiento”, dijo. “Hay que guiar con el ejemplo, [pero] no podemos hacerlo solos”.
Una prolongada “guerra de flexibilización monetaria” entre los bancos centrales puede crear otro problema más adelante al aumentar artificialmente el valor de las acciones y los bienes raíces.
“Mientras más dure esto, más se sobrevalorarán los precios de los activos y serán más vulnerables a una corrección”, advirtió el miércoles el Institute of International Finance, que agrupa a instituciones financieras de todo el mundo.