12 febrero, 2015
CIUDAD DE MÉXICO.- Ante la elevada volatilidad y la fortaleza...
Las intenciones de Petróleos Mexicanos (Pemex) de importar crudo ligero estadounidense pueden parecer desafortunadas y controvertidas por la coyuntura política, y de cara a la serie de proyectos de exploración y explotación que se esperan por la reforma energética.
No obstante, para los especialistas en el sector esta medida es positiva, ya que ayudaría a reducir los costos de producción de gasolinas y diesel, por lo menos para Pemex.
“La decisión se toma para utilizar más la capacidad de las refinerías de Pemex. Es una decisión económicamente sensata porque la reforma aún está muy incipiente. El problema es hacerle entender a la gente en una coyuntura complicada”, comentó la académica del CIDE, Miriam Grunstein.
Desde marzo de 2014 Petróleos Mexicanos (Pemex) anunció su intención de importar petróleo ligero para optimizar el desempeño de sus refinerías que no cuentan con coquizadores, tienen alta producción de combustóleo y bajo rendimiento de gasolina y diesel.
“Muchos tipos de petróleo crudo se producen en todo el mundo. El valor de mercado de un tipo de crudo refleja sus características de calidad. Dos de las características de calidad más importantes son la densidad y el contenido de azufre. La densidad varía de ligera a pesada, mientras que el contenido de azufre se caracteriza por ser dulce o amargo”, dijo en un reporte la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés).
Pemex cuenta con seis refinerías: la de Tula, Hidalgo; Salamanca, Guanajuato; Cadereyta, Nuevo León; Ciudad Madero, Tamaulipas; Salina Cruz, Oaxaca; y Minatitlán, Veracruz que suman una capacidad para procesar de 1.54 millones de barriles por día (bpd), no obstante su tecnología no es apta para procesar el crudo pesado y ultrapesado que es el que produce México en mayor cantidad.
Las últimas cifras de Pemex muestran que en noviembre de 2014, Pemex produjo 1.21 millones de bpd de crudo pesado frente a 874,000 bpd de crudo ligero y 279,000 de súper ligero.
Lo que se hace con el crudo es procesarlo con diferentes tipos de tecnologías y mientras más baja concentración de azufre tenga y con esto mayores grados API se obtendrá una mayor cantidad de producto refinado como gasolina o diesel.
“Las refinerías que tenemos tienen una tecnología previa de los años 70, de cuando México tenía mayor crudo ligero, pero se volvió obsoleta porque la mezcla de petróleo se hizo cada vez más pesada con el descubrimiento de Cantarell”, dijo el director general de la consultoría GMEC, Gonzalo Monroy.
Agregó que de concretarse la importación, esta representa una buena oportunidad de negocio ya que debido al shale gas, Estados Unidos produce mayor crudo ligero de manera más barata, cuyos costos de operación van de 30 a 35 dólares.
Mientras que el crudo pesado que dará México a cambio a Estados Unidos es apto para las refinerías del golfo de México de la parte estadounidense. Por lo que si Pemex compra barato, es decir, dependiendo de la cantidad de barriles que dé por uno de crudo ligero, pude reducir costos.
Pero miembros del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD) como Miguel Alonso Raya, coordinador de la bancada del PRD en la Cámara de Diputados argumentó que en la coyuntura actual lo que más conviene es comprar la gasolina, que es más barata en Estados Unidos que en México.
“Por falta de inversión no tenemos hoy la producción que deberíamos tener y estamos dejando de tener peso como país petrolero, lo que es algo delicado (…) Uno de los problemas es que no se invirtió para reconfigurar las refinerías y procesar el crudo pesado”, dijo Alonso en un comunicado.
De acuerdo con los expertos gran parte de las reservas probables de crudo ligero en México se encuentran en aguas ultraprofundas o en el área norte de Chicontepec, el cual implica varios retos tecnológicos debido al conjunto de yacimientos que lo integran y con lo que Pemex no puede lidiar.
Por lo pronto será en junio cuando apenas se presenten las propuestas para explotar las áreas que contempla la Ronda Uno y que solo incluyen aguas someras.
“(La importación) puede ser un ensayo interesante para México pero va en contra de nuestra ideología de hidrocaburos”, dijo Grunstein.
Adicionalmente si se concreta el intercambio entre Estados Unidos y México representaría la segunda salida de crudo del territorio estadounidense desde 1970, ya que de acuerdo con el diario The Wall Street Journal, a mediados del año pasado salió un buque con crudo sin refinar hacia Corea del Sur.