6 agosto, 2015
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SAN MIGUEL DE ALLENDE, GUANAJUATO (06/JUN/2016).- Esta ciudad del estado de Guanajuato es una de las más visitadas en el país por su hospitalidad, energía creativa, cultura e historia, lo cual la hizo merecedora del título de Patrimonio Cultural de la Humanidad que otorga la Unesco.
Este lugar es un espacio donde el arte y sus creadores prosperan, y por mucho tiempo atrajo a este sector de la población, incluidos los escritores y los pintores.
A lo largo de su historia, San Miguel de Allende, sitio en el que los turistas pueden disfrutar de una velada en el jardín central y admirar la Parroquia de San Miguel Arcángel, ha cambiado de nombre tres veces, aseguró la guía de turistas Rosa Elena Cigala Soto.
En primer lugar, dijo, fue conocida como San Miguel de los Chichimecas, tras la llegada de Fray Miguel en 1542 para ocupar un puesto en la Iglesia católica, y a partir de 1557 se convirtió en una de las ciudades más influyentes de la Nueva España, luego del descubrimiento de la plata en el país.
Tiempo después la población creció y fue llamada San Miguel El Grande, ya que se encontraba en una zona con suelos muy ricos y temperaturas templadas todo el año, además de que se desarrolló la industria de la agricultura.
Posteriormente, al ser escenario de los combates de la Guerra de Independencia en 1810, y en reconocimiento a la participación esencial del nativo de este sitio en el conflicto, Ignacio Allende, la ciudad cambió una vez más de nombre a San Miguel de Allende.
“En la ciudad somos cerca de 200 mil habitantes, pero 15 por ciento son extranjeros, retirados la mayoría, les gusta la tranquilidad de la ciudad, el clima templado, el estilo colonial que hay, la mayoría son estadounidenses, canadienses y europeos”, declaró.
“Como son retirados, becan a los niños para que sigan estudiando, hay una extranjera que hace más de 13 años fundó una guardería gratuita para las madres solteras y también hay una asociación protectora de animales”, agregó.
Platicó que en esta ciudad se realizan mucho figuras de papel maché, piezas de alpaca, orfebrería, herrería artística, vidrio soplado y se trabaja con productos de latón, como por ejemplo el enmarcado de espejos.
San Miguel de Allende es un punto de encuentro en donde los turistas pueden encontrar a lo largo del año diferentes atracciones culturales, como el Festival de Jazz, de Música Barroca y Cubana, este último se realiza en marzo.
Además de que se organiza la Feria de la Lana, el Latón, del Libro, entre otros. También de aquí son típicas las mojigangas, que son muñecos grandes y de cartón, los cuales se rentan para diferentes eventos como en las bodas o distintas ceremonias.
Un lugar atractivo es el Parque Benito Juárez, que se construyó en 1904 y que cuenta con diferentes pasillos y áreas específicas para ir a correr, hacer ejercicio o simplemente para convivir con la familia, amigos o ir a pasear con el perro.
Muy cerca de aquí se encuentran algunos lavaderos públicos que fueron creados hace cientos de años y que actualmente siguen en funcionamiento para las personas que deseen lavar su ropa.
“La ciudad se funda en 1542 por Fray Juan de San Miguel, pero la gente habitaba en la parte baja, que ahora es una comunidad que se llama San Miguel Viejo. Pero antiguamente por estar en baja altitud los chichimecas los atacaban, sufrían de inundaciones, así que en 1551 se trasladaron a la parte alta en busca de un lugar que tuviera un refugio de sus ataques.
“Llegaron al llamado Paseo del Chorro, porque era una zona donde había manantiales. Los perros que traían fueron los que descubrieron esta maravilla acuática que nacía en este lugar, había zonas seguras con suficiente agua para abastecerse y se instalaron”, aseveró.
La especialista en la ciudad informó que hasta 1970 existían manantiales y algunos arroyos en donde ahora hay edificios y calles empedradas, por eso dijo que en esta área hay muchas fuentes, porque se colocaron en las venas de los manantiales y de ahí se tomaba el agua para las casas.
Aunque comentó que en San Miguel de Allende no hay una comida típica, mencionó que sí hay un dulce tradicional de esta ciudad llamado “tumbagón”, que consiste en un dulce suave de harina de trigo con azúcar glass y canela, que en el siglo XVIII se freía con manteca.
A minutos del Centro Histórico -unos nueve kilómetros aproximadamente- se encuentra el Santuario de Atotonilco, que es declarado Patrimonio de la Humanidad en 2008 y fue fundado en 1748 como un lugar de peregrinación, penitencia y seguridad.
Este sitio sagrado desempeñó un papel importante en el movimiento de independencia de México y su interior está cubierto de pinturas acerca de la visión de la Iglesia católica.
FUENTE: Informador.com.mx